sábado, 5 de marzo de 2011

Natalia, una niña con un corazón muy dulce.


Por Juan Carlos Talero P.

Tiene 5 años y una enfermedad mortal: Diabetes. Este es su primer año escolar y ya tiene más responsabilidades que cualquiera de sus compañeritos de curso. No solo debe concentrarse en las letras y las planas de la profesora Teresita, sino en hacerse tres exámenes diarios de glucosa y aprender a aplicarse la insulina. Su corta vida ha sido una constante lucha contra esta enfermedad mortal y sobre todo contra uno de los placeres más ligado a cualquier niño de su edad: en no poder consumir dulces. Sin embargo, doña Mery Serna, su madre le permite algunos en uno que otro momento, pues “en su edad, las calorías y energía de estos es muy importante, además, Naty, a pesar de su edad, es muy consciente y responsable con su cuidado”. Consciente y responsable. Dos palabras que deberían estar bastante alejadas de un ser humano que apenas empiezan a explorar el mundo.

Pero doña Mery tiene razón. Naty alerta a su profe cuando siente que el jugo que les dan cada tarde en la escuela está muy dulce, y es ella misma quien lo mezcla con agua para que no la afecte. Le gusta la escuela, pero a veces se siente muy agotada. Le da tristeza no poder correr y brincar todo el día y sobre todo no poder recibir los dulces que con tanto cariño su profe estaba acostumbrada a regalar al curso. “es un cariñito en las primeras semanas de clase, pues los niños vienen por primera vez a compartir con otros y a pasar mucho tiempo fuera de casa –dice la docente- pero este año me toco variar. Con Natalia en el salón, el dulce no era la mejor estrategia, pues el que ella no los pueda recibir es un poco agresivo”. Desde entonces, la docente Teresita Peláez, les lleva algunas frutas y calcomanías a sus estudiantes y así han empezado a acompañar a Natalia en su cuidado.

El comienzo

Cuando estaba próxima a cumplir su primer año de vida, en unas vacaciones del mes de junio, la familia se encontraba en el Municipio de Andes, departamento de Antioquia, pero a doña Mery le toco regresar intempestivamente con la niña, por sus escasos medios económicos la familia acudió inicialmente a un centro de salud cercano a su residencia, allí le aplicaron una droga llama Placil para tratar de atajar el vomito, pero esto empeoro la condición de la paciente. Luego, Natalia fue llevada a la clínica León XIII de la ciudad de Medellín, en un primer momento se creyó que la niña tenía una neumonía, pues la manifestación había comenzado con una gripa que se fue volviendo tos y posteriormente en vomito. Fueron los 20 días mas largo de la vida de doña Mery, pues su ultima hija no salía del estado de coma en el que había entrado tan pronto fue ingresada al centro hospitalario. Pero luego el diagnostico estaba confirmado, la niña había disparado sus niveles de azúcar a mas de 600, por lo que se le diagnostico una diabetes que es conocida como la mellitus uno, que se presenta más frecuentemente en niños y jóvenes. Y aunque esta no es una enfermedad muy común en esta población, según la docente Clara Pérez, docente de la facultad de medicina de la universidad Nacional, “el sedentarismo y la mala alimentación son factores que han ido incrementando la presencia de esta enfermedad en los jóvenes y los niños”. La angustia de doña Mery creció notablemente, pues la diabetes había sido una vieja enemiga de la familia. La madre de doña Mery y dos de sus hermanas han sido víctimas de esta enfermedad para la que “aun no han cura solo controles y sobre todo mucho cuidado”, según la doctora Pérez.

“Desde ese día, el del diagnostico final, yo también me convencí de estar enferma de diabetes –agrega la madre-, pues aunque Naty es muy consciente y se cuida mucho, no he dejado de mirarla, cuidarla, amarla y tratar de compartir cada segundo de su existencia. Fue un año completo en el hospital, venia ocho días a la casa, o bueno, me traían a la fuerza para que descansara y luego volvia a la clínica para pasar quince días o un mes entero con mi niña”

Y ¿Quién es Natalia?









Natalia, con su Kit de para examen de glucosa.

Como cualquier niña de su edad Natalia se emociona frente a la cámara, a pesar de que antes de empezar la entrevista manifestó estar un poco agotada (estaba terminando su jornada escolar de cuatro horas) una vez prendimos la cámara y la grabadora comenzó a responder a las preguntas. Le gustan los espaguetis y las papitas, también la fruta y no le gusta el huevo “en bola”, está aprendiendo a hacer tareas y le han gustado mucho las letras y las canciones que le enseña su profesora de preescolar. Todos los días lleva su equipo para autoevaluarse la glucosa y pide un espacio a su profe cuando se siente indispuesta o cuando simplemente cree que es el tiempo. Sabe el nombre de cada uno de los implementos, pero al dispositivo de punción lo llama “lapicero”, pues realmente esa es su forma, aunque cumpla una labor tan diferente. Naty, aunque apenas está reconociendo los números y las letras, punza su dedo y coloca una gotita de sangre en una de las tirillas que ha dispuesto en el glucómetro. Ahí sabe cuál es el numero que significa que todo anda bien, cual es el que indica que debe reposar y cual con el que debe acudir a su madre, profesora o algún adulto cercano. Su examen se realiza mínimo tres veces al día, ella los hace sola. Y ahora, está aprendiendo a aplicarse ella misma la insulina, algo que es realmente sorprendente, pues, según el médico Andrés Caro, es algo muy inusual en los pacientes. “la mayoría, y sobre todo los adultos, son muy descuidados y perezosos en este tipos de cuidados. Si a eso le sumamos que en muchos casos la enfermedad es silenciosa y no presenta síntomas, podemos decir que lo de esta niña es bastante sorprendente y muy educativo para las personas que sufren este padecimiento.

Y es en esta consciencia que manifiesta Natalia donde esta nuestro asombro, pues entre el más de millón y medio de pacientes que sufren esta enfermedad en Colombia, según cifras de la pagina Web del la Fundación Colombia de Diabetes (FCD), la mayoría no tienen esta consciencia de la enfermedad, no se cuidan y optan por arriesgar su salud y hasta su vida.

Cifras diabéticas

Según la Federación Internacional de Diabetes, el mundo, más de 246 millones de personas entre 20 y 79 años tienen diabetes.

En Colombia entre 1.200.000 y 1.500.000 de personas sufren de diabetes

El 7% de la población adulta en Colombia tiene diabetes

Tres son los factores de riesgo: obesidad, colesterol e hipertensión

Síntomas: perdida inexplicable de peso, visión borrosa y orina recurrente… no siempre son manifiestos. Casi el 50% de las personas enfermas no lo saben